El tratamiento de un derrame, se centra en su mayoría en el tratamiento de la enfermedad subyacente. Los objetivos de este tratamiento son:
- Extraer el líquido.
- Evitar que el líquido se acumule.
- Determinar y tratar la causa de la acumulación del líquido.
Cuando hay líquido en la pleura, el objetivo principal es drenarlo, es decir, evitar que se acumule y investigar cual es la causa por la cual se esta acumulando. La técnica que más se emplea en estos casos es la toracocentesis, que es la punción quirúrgica de la pared torácica para extraer por aspiración el líquido acumulado en la cavidad pleural.
Este vídeo muestra el procedimiento de una toracocentesis.
Si el derrame pleural no remite o hay una infección bacteriana y se acumula pus, será necesario realizar un drenaje permanente. Para realizar este procedimiento se introduce una aguja con un tubo de goma en la zona del derrame, permaneciendo dicho tubo durante unos días en el tórax. En el extremo exterior de este tubo, hay una válvula que se encarga de la succión del líquido pleural y otras secreciones.
Si la enfermedad subyacente es intratable, puede ser útil pegar las dos hojas de la pleura, lo que se conoce como pleurodesis.
- Si el derrame se debe a una insuficiencia cardíaca congestiva, se puede tratar con diuréticos y otros medicamentos.
- Si es causado por una infección se trata con antibióticos.
- En personas con cáncer, se emplea una sonda pleural durante varios días para drenar el líquido. Este tratamiento se combina con los propios del cáncer.