Obviando ya la parte de la investigación de la historia clínica y la exploración física del paciente, este diagnóstico se centrará en el estudio de su médula ósea. Realizaremos una punción en el esternón o en los huesos ilíacos, justo en medio del hueso esponjoso (donde se encuentra la médula), y analizaremos sus células. Esta técnica puede resultar bastante dolorosa para el paciente, por lo que recurriremos a la anestesia local o a la sedación.
Punción en hueso ilíaco para extraer médula ósea. |
Para considerear que un paciente padece leucemia, debe poseer un mínimo de un 20% de células medulares con características leucémicas, es decir, blastos. Si no llega al 20%, la leucemia está en etapa de desarrollo, derivada de otra enfermedad previa, o también puede deberse a la fase inicial de una recaída, en pacientes que ya la habían sufrido anteriormente. Los blastos pueden proceder de células inmaduras mal desarrolladas, cuyo destino era dar lugar a linfocitos (en este caso, hablaremos de una leucemia aguda linfoblástica -LAL o LLA-). Otra opción es que estos procedan de células que, si se hubieran desarrollado correctamente, hubieran dado lugar al resto de glóbulos sanguíneos. En este último caso, hablaremos de una leucemia aguda no linfoblástica o mieloblástica (LANL o LAM/LMA). Ambos tipos pueden presentarse en niños y adultos, aunque la LAM es más frecuente en adultos, y la LAL, en niños.
Las características de los blastos pueden estudiarse más minuciosamente. Es por ello que podríamos diferenciar muchos más subtipos distintos de leucemia, y definir así más concretamente su tratamiento.
Además de una biopsia de las células de la médula ósea del paciente, pueden solicitarse una serie de pruebas que ayudarán a concretar su diagnóstico:
- Conteo de células T/B. Los linfocitos B y T son los principales encargados de la respuesta inmunológica de nuestro organismo. Para ello será necesario recoger una muestra de sangre del paciente*.
- Conteo de crioglobulinas. Estas son anticuerpos proteicos anormales, que claramente indican un mal funcionamiento del sistema inmunitario. Son muy sensibles a la temperatura, por lo que debemos recoger la muestra de sangre en condiciones especiales.
- Cómputo de la cantidad de fibrinopéptido A. Se trata de una substancia de naturaleza proteica secretada a medida que se produce la coagulación sanguínea. Una vez más, necesitaremos otra muestra de sangre.
*Anexo. Procedimiento de extracción de una muestra de sangre. |