CAUSAS
La osteoporosis es el tipo más común dentro de las enfermedad óseas. Con su aparición, las probabilidades de fracturas óseas aumentan considerablemente. Las mujeres son el grupo de riesgo más vulnerable; de hecho, la mitad de todas las mujeres de la tercera edad sufrirá alguna rotura de cadera vértebras a lo largo de su vida. Aquellas de raza blanca tienen más probabilidades de presentar pérdida ósea.
El origen de esta enfermedad debe buscarse en los factores que influyen en el desarrollo y calidad de hueso. El riesgo de padecer osteoporosis se determinará por el nivel máximo óseo de la edad adulta y el descenso con la vejez. Además del envejecimiento, intervienen factores genéticos y hereditarios.
Por otra parte, la desnutrición o una mala alimentación baja en calcio y vitamina D, el tabaquismo, alcoholismo, sedentarismo y algunos fármacos pueden favorecer a la aparición de la osteoporosis. En las mujeres, la menopausia es una de las causas más influyentes debido a que la afuncionalidad ovárica aumenta la reabsorción ósea. En hombres la disminución de testosterona con la edad contribuye al desarrollo osteoporótico. Por último, entre otras circunstancias influyentes se incluye el estar durante un largo periodo de tiempo postrado en cama, la amenorrea o por ejemplo, tener afecciones que provocan una inflamación corporal.
SÍNTOMAS
Durante años se ha conocido a la osteoporosis bajo la denominación de la epidemia silenciosa porque esta patología no produce síntomas en etapas iniciales. El dolor aparece con la fractura. Las más comunes en esta patología son las del fémur proximal, húmero o antebrazo distal o vertebrales.
- Fractura vertebral. En estos casos el paciente experimenta un dolor agudo e intenso que aparece con la práctica de esfuerzos leves o ligeros traumatismos. Además, el sujeto tendrá una contractura que le incapacitará a la hora de realización de movimientos de flexión y/o rotación de la columna. La crisis suele durar de dos a tres semanas y la intensidad del dolor irá disminuyendo de forma progresiva en los tres meses siguientes; la remisión puede ser total o parcial. Muchas de las roturas vertebrales suelen pasar desapercibidas por asintomatía. Cuando esto se produce no se frena la pérdida de masa ósea y existe incapacidad para reducir riesgos derivados. Otros síntomas de este tipo de fractura es la presencia de un dolor sordo, profundo a la vez que localizado en el lugar de las fosas ilíacas. Esto se debe al roce entre la arcada costal y pelvis. Esto es útil a la hora de descartar exploraciones para el diagnóstico de cualquier enfermedad de origen intestinal o renal.
- Fractura de cadera. En este apartado se incluyen todas las fracturas que van desde la cabeza del fémur hasta aproximadamente 5 cm del trocánter menor. Los especialistas consideran que las fracturas de cadera son indicativas de osteoporosis cuando se producen tras un traumatismo de baja energía, como una caída repentina en bipedestación. Dentro de este tipo de roturas óseas existen dos tipos con clínica diferente:
- En el caso de las intracapsulares (fracturas del cuello femoral, cervicales, transcervicales o línea media). Si no existe desplazamiento de la misma, el paciente afectado presenta un dolor moderado a nivel inguinal. Presentan movimientos limitados. Por el contrario, si la fractura intracapsular está desplazada tendrá un dolor intenso e impotencia funcional.
- El otro tipo posible de rotura de cadera es la extracapsular (fracturas pertrocantéreas, trocantéreas y el macizo trocantéreo). En ellas el paciente sufrirá un dolor muy intenso en el área de la cadera, así como impotencia funcional absoluta del miembro inferior.
- Fractura de antebrazo distal. abarca roturas de la extremidad distal del radio. Estos casos relacionados con la osteoporosis se asocian a una densidad mineral ósea muy baja y a la presencia de un traumatismo de baja intensidad. Debe sospecharse, si tras la caída el afectado siente dolor en la muñeca unido a la impotencia funcional.