Una vez más, empezaremos auscultando los pulmones del paciente con un estetoscopio. Luego, realizaremos una serie de exámenes que nos ayudarán a confirmar su diagnóstico.
Primero, una tomografía axial computarizada (TAC) del tórax u otras técnicas de diagnóstico por imagen, como una radiografía del tórax, son fundamentales. Permiten detectar derrames muy pequeños, en función de la posición del paciente. El TAC en concreto es útil para descartar otras posibilidades, como lesiones parenquimatosas, y también nos proporciona información de las características de la pleura, como por ejemplo si está abollada, si se engruesa en algún punto o si hay un aumento de su densidad. También nos informa sobre los pulmones.
Radiografía de tórax con derrame pleural izquierdo. |
TAC torácico con derrame pleural derecho. |
Luego, mediante una toracocentesis obtenemos líquido pleural para realizar su estudio. Es una técnica sencilla que consiste en pinchar en el espacio intercostal, por el borde superior de la costilla situada por debajo del derrame pleural en cuestión. Se le administra al paciente una anestesia local, y se accede obteniendo una muestra del líquido pleural, que pasará un estudio bioquímico, microbiológico, citológico y de determinación del pH. Debe llevarse en condiciones anaerobias. Con esta prueba obtendremos el diagnóstico de casi todos los derrames pleurales. Aquí os dejo un vídeo explicativo de la Universidad Europea sobre cómo se realiza:
Por último, otra opción también sería realizar una biopsia pleural. Esta puede ser realizada de tres formas:
- Biopsia pleural ciega: consiste en obtener una muestra de la pleura a través de una aguja especial, que se introduce por la pared torácica. Son necesarias 2 o 3 muestras para realizar el estudio anatomopatológico, y una para el microbiológico. Esta prueba está indicada en todos aquellos casos con derrame pleural de etiología no idiopática.
- Toracoscopia: cuando todavía nos resulta difícil llegar al diagnóstico del derrame pleural, se realizará esta prueba. Se trata de una técnica quirúrjica mínimamente invasiva, que busca introducir un toracoscopio en la zona pleural del paciente para obtener imágenes. Está indicada sobre todo si existe sospecha de una patología neoplásica.
- Toracotomía: procedimiento quirúrjico que permite la visualización directa y la toma de muestras para biopsia en la zona afectada.
Con todo, cabe decir que tras todas estas pruebas existen algunos derrames que quedan sin diagnóstico, o este no está del todo claro.