En la atención al cáncer de próstata debe hacer un trabajo multidisciplinar, donde intervendrá más de un especialista como pueden ser: oncólogos, trabajadores sociales, farmacéuticos, asesores y otros.
Las opciones y recomendaciones de tratamiento van a depender de varios factores entre ellos el tipo y el estadio del cáncer, los efectos secundarios posibles, así como las preferencias del paciente y su estado general de salud. Se debe destacar, sin embargo, que si el cáncer se detecta en su primera fase, cuando todavía se encuentra dentro de la próstata, el paciente puede tener una larga expectativa de vida.
Actualmente hay cuatro formas de proceder para reducir o extraer el cáncer:
- Cirugía.
- Radioterapia.
- Terapia hormonal.
- Observación permanente.
CIRUGÍA
El procedimiento consiste en la extracción de la glándula prostática entera y los tejidos que se encuentren a su alrededor. En ocasiones también se extraen los ganglios linfáticos del área pélvica. Este tipo de intervención se puede llevar a cabo mediante dos tipos de procedimientos:
- Prostatectomía retropúbica: la extracción se realiza a través de una incisión en el abdomen.
- Prostetectomía perineal: se lleva a cabo mediante la incisión en el área comprendida entre el escroto y el ano.
RADIOTERAPIA
Este tratamiento se puede combinar con la cirugía y se puede realizar de dos formas:
- Tratamiento interno: se trata de un implante que puede ser temporal o permanente y cuando es extraído no deja ningún tipo de rastro radiactivo en el cuerpo.
- Tratamiento externo: tiene una duración de seis semanas y consiste en la orientación de la radiaciones hacia el área pélvica.
TERAPIA HORMONAL
La evolución del tumor está vinculada con la acción de la testosterona, una hormona sexual masculina. Este tratamiento tiene el objetivo de reducir los niveles de esta hormona en el organismo o bloquear los efectos de esta sobre la próstata.
OBSERVACIÓN PERMANENTE
Consiste en la observación y vigilancia del estado del cáncer. Es importante destacar que el cáncer de próstata es una enfermedad que avanza de forma lenta y por tanto el tratamiento también se prolongará.