La gente que sufre pérdida de memoria u otros posibles síntomas del Alzheimer no es consciente de que tiene un problema. Es posible que no quieran reconocer o prestar atención a sus síntomas, por lo que estos son más obvios para los familiares, amigos y personas cercanas. Con todo, no existe ningún examen que pueda probar con certeza que un paciente sufre Alzheimer, pero se puede diagnosticar con exactitud de hasta un 90%.
EVALUACIÓN DEL ESTADO MENTAL
El objetivo será ver el funcionamiento de la mente del paciente, obteniendo información sobre:
- Si es consciente de que padece una enfermedad.
- Si sabe la fecha, hora y el lugar en el que está.
- Si puede recordar una serie de palabras, seguir instrucciones y resolver cálculos simples.
También le preguntaremos su dirección, el año y otras preguntas que la sitúen temporalmente, como por ejemplo el presidente de su país en la actualidad. Le pediremos que deletree una palabra al revés, y que copie el diseño de algún objeto. Es importante tener en cuenta su estado de ánimo y sus sentimientos, para poder diferenciar alguna otra enfermedad que pueda producir la pérdida de memoria y la confusión, como por ejemplo la depresión.
EXÁMENES FÍSICOS
Tomaremos su tensión arterial, auscultaremos su corazón y realizaremos un análisis de sangre y orina. Es importante también conocer la dieta del paciente y su salud en general.
La información que nos proporciona este conjunto de exámenes nos ayudará a saber si el paciente padece algún otro trastorno como diabetes, deficiencia de alguna vitamina, anemia, fallos en la función renal o hepática, anormalidades tiroideas o problemas cardíacos. Estas condiciones pueden causar síntomas similares al Alzheimer.
EXAMEN NEUROLÓGICO
Evaluaremos toda posibilidad de que la persona sufra otro tipo de problema cerebral sin ser Alzheimer. También valoraremos sus reflejos, el movimiento de sus ojos, su lenguaje, su equilibrio y su sensibilidad. Buscamos algún indicio de que se produjera un derrame cerebral, Párkinson, un tumor cerebral, una acumulación de líquido cerebral o algún otro problema que pueda estar asociado a la pérdida de memoria.
También nos puede ayudar una resonancia magnética o una tomografía axial computarizada (TAC). Estas pruebas de diagnóstico por imagen revelarán la presencia de masas tumorales, derrames, traumatismos craneoencefálicos o acumulaciones de líquidos.
Resonancia magnética. |
En la imagen A, podemos ver una resonancia magnética de una persona normal. La B pertenece a un paciente con Alzheimer. Las zonas cerebrales marcadas de verde, rojo y azul representan posibles zonas afectadas por esta enfermedad. Otro ejemplo es el siguiente:
TAC de un paciente con Alzheimer. |