El médico revisará la historia clínica y realizará una exploración física de la paciente cada vez que esta acuda al ginecólogo, ya sea por una revisión habitual o porque presenta algún síntoma asociado. Con la información obtenida, se valorará la necesidad de realizar o no otras pruebas.
El objetivo de la exploración física será concretamente detectar la posible presencia de nódulos, cambios en la consistencia de las mamas, presencia de ganglios linfáticos afectados en la axila o fosas claviculares, y observar el estado de la piel y el pezón.
Las pruebas diagnósticas más habituales son las siguientes:
- Análisis de sangre y orina: haremos un hemograma, para observar el estado de los elementos formes de la sangre; y una bioquímica renal y hepática, para ver el estado de la función de estos dos órganos y determinar iones, como el calcio. También podemos conocer la presencia de marcadores tumorales (proteínas), que para este tipo de cáncer son el antígeno cárcino-embrionario (CEA) y el CA 15-3. Todo esto nos proporcionará información sobre el estado general de la paciente y podremos detectar posibles complicaciones asociadas.
- Mamografía: es la prueba más eficaz en este diagnóstico. Consiste en realizar una radiografía de las mamas con un mamógrafo, que es una máquina de rayos X diseñada para tal fin. Emite muy bajas dosis de radiación, y ayuda a detectar múltiples problemas, en este caso el cáncer de mama en etapas muy precoces. No es dolorosa, aunque en ocasiones puede resultar molesta por la presión que hay que ejercer sobre la mama. Normalmente se realizan dos representaciones de cada mama, para asegurar su completa exploración. Si se detecta un tumor benigno, se repetirá la prueba tras 4 o 6 meses, pero si es maligno, el médico solicitará la realización de otras técnicas de imagen (ecografía, resonancia magnética...) y una biopsia, para asegurarse de la naturaleza de la lesión. Es importante comparar esta prueba con mamografías previas, para ver su evolución.
Mamografía. Tumor maligno. |
Resonancia magnética de las mamas. Muestra tumor maligno en mama izquierda. |
¿Qué podemos ver en una mamografía?
En ella existen algunos signos que indican si la lesión en cuestión puede ser o no maligna. Estos son:
- Masas: en el caso de un fibroma podrían corresponderse a lesiones benignas, aunque suelen ser malignas. También pueden contener calcificaciones o no.
- Calcificaciones: son pequeños depósitos de minerales que se representan en la mamografía como manchas blancas pequeñas. Pueden aparecer en grupo o aisladas. Esto significa que se están produciendo cambios en la mama, y ello requiere vigilancia, aunque normalmente suelen corresponder a lesiones benignas.
- Quistes: son colecciones de líquido en la mama, dentro de un saco pequeño. En este caso, el diagnóstico debe ser completado con una ecografía, y puede ser necesario extraer líquido para analizarlo, aunque es raro que los quistes sean malignos
Microcalcificaciones. |
Quistes mamarios. |