Lo más importante de este diagnóstico es que el paciente detecte cualquier variación extraña en las manchas de su piel, ya sean lunares, manchas de nacimiento u otras áreas pigmentadas con un color anormal.
Cómo identificar un melanoma. |
El médico observará esas manchas, su color, forma, tamaño o textura. Además, también inspeccionará el resto del cuerpo, sobre todo las mucosas, el fondo del ojo y las zonas ganglionares próximas a la lesión en cuestión.
Luego tomaremos una muestra de la mancha en cuestión, para realizar una biopsia. Si es posible, extirparemos la lesión por completo. A veces también es necesario realizar una biopsia de las mucosas oral o genital. El anatomopatólogo observará con un microscopio si existen células cancerosas en la muestra. Esta prueba también nos orientará en el pronóstico de la enfermedad y en su tratamiento.
Existen casos en los que el melanoma se ha propagado tan rápidamente que ha llegado a ganglios linfáticos u otros órganos del cuerpo. En estos casos es necesario también realizar una biopsia en aquellos ganglios situados cerca del melanoma.
En aquellos pacientes que presenten un melanoma de estadío III o superior, será imprescindible realizar un estudio de extensión, que incluye un exámen radiológico del cerebro, tórax, cuello, pelvis, abdomen y huesos. Puede hacerse mediante radiografías, tomografías computarizadas, ecografías, o cualquier otro método de diagnóstico por imagen. Esto puede realizarse también en pacientes en estadío I o II, aunque no es imprescindible.