miércoles, 30 de noviembre de 2016

HEMORROIDES

Las hemorroides  son venas hinchadas en el ano o la parte inferior del recto. Popularmente también se les conoce con el nombre de almorranas. 

Anatómicamente son cojinetes o almohadillas de tejido submucoso donde están contenidas las vénulas y arteriolas superficiales del conducto anal. Normalmente son tres los cojinetes, localizados en la pared lateral izquierda, pared lateral derecha y en posición media posterior y funcionan en el mecanismo de continencia de las heces.

CAUSAS Y SÍNTOMAS HEMORROIDES

CAUSAS
En primer lugar hablaremos de las múltiples causas de la enfermedad hemorroidal. Como ya vimos, se crean por inflamación de los cuerpos cavernosos anales que sucede fundamentalmente cuando esta zona es sometida a presión. Esa situación se da cuando se padece de estreñimiento crónico o cuando es necesario realizar mucha fuerza al defecar. Destacamos otros factores de riesgo que favorecen el desarrollo de hemorroides:
  • Embarazo
  • Debilidad congénita del esfínter anal
  • Sedentarismo
  • Sobrepeso

Un factor a tener en cuenta es el calor, que empeora la evolución y la mejora de las hemorroides.

SÍNTOMAS
En el caso de las hemorroides, los síntomas van a depender del grado de las mismas:
Hemorroides de grado I
En el caso de las hemorroides de primer grado, el botón hemorroidal no se puede ver desde el exterior. Generalmente son pacientes asintomáticos debido a que la mucosa anal por encima de la unión anorrectal no posee sensibilidad. Por otra parte,los afectados pueden notar síntomas de forma ocasional, como son la aparición de sangre en las heces o en el papel higiénico, incluso prurito en la zona anal.
Hemorroides grado II
En las hemorroides de segundo grado, las dilataciones en forma de nudo en el recto son de un mayor tamaño, saliendo de forma ocasional por fuera del canal anal. En este estadío es frecuente el dolor. Entre otros síntomas encontramos el sangrado indoloro a la hora de defecar y una sensación de vaciado incompleto tras evacuar. Por otro lado, es habitual que el paciente experimente una sensación de quemazón, picor, la presencia de la piel inflamada y expulsión de exudado por el mismo.
Otro dato a tener en cuenta es que las hemorroides que aparecen de forma ocasional en el canal anal, pueden quedar atrapadas, lo que se conoce como incarceración o estrangulamiento de la hemorroide, lo que es realmente doloroso. En los vasos sanguíneos se crea por esta razón, un atasco de sangre por lo que circulará más lento en dirección a las venas del cuerpo cavernoso, con la consiguiente formación de trombos. Este factor puede desencadenar en un bloqueo toral o parcial de esas venas. Esta alteración de la irrigación sanguínea puede provocar que el tejido acabe por necrosarse, especialmente si persiste durante un largo periodo de tiempo.
Hemorroides grado III y IV
Las hemorroides a partir del tercer grado están presentes tras la defecación o incluso de forma espontánea en el ano. Incluimos los siguientes síntomas como son el fuerte dolor, los sangrados en la defecación, la sensación permanente de un cuerpo extraño en el interior del canal anal, incluso de forma ocasional, los afectados son incapaces de controlar la expulsión de las heces. Además de los ya mencionados, también se produce la expulsión de exudado, picor o pinchazos en la zona anal.


DIAGNÓSTICO HEMORROIDES

El diagnóstico de las hemorroides dependerá si estas son externas o internas.

En el caso de las externas, bastará con un simple examen rectal por parte del facultativo.


Pero si por el contrario, nos encontramos ante una hemorroide interna, podremos diagnosticarlas mediante el empleo de tres exámenes o pruebas:

  • Examen rectal.
  • Sigmoidoscopia.
  • Anoscopia.

El examen rectal o tacto rectal es una prueba médica consistente en la exploración de las estructuras anatómicas que comprenden el aparato genitourinario y digestivo inferior, mediante la palpación realizada introduciendo un dedo a través del ano.








La sigmoidoscopia permite al personal sanitario examinar el revestimiento del recto y llegar hasta el colon sigmoide, introduciendo en el ano un tubo flexible de poco grosor, y haciéndolo avanzar a través de dichas estructuras.









Imagen anoscópica con hemorroides.

Finalmente, la anoscopia es una técnica que permite visualizar el interior del ano y del recto. Para ello, se emplea un anoscopio, que es un tubo de unos 10 centímetros de largo y 4 de diámetro, flexible y con una cámara, que se introduce a través del ano y permite sacar fotos o vídeos.


TRATAMIENTO HEMORROIDES

Para el tratamiento de las hemorroides, están indicados los lavados de las zonas íntimas con agua tibia, ayudando así a disminuir los síntomas agudos. También se debe evitar la limpieza de estas zonas con papel, siendo más aconsejable en lavado en el bidet o con chorros de agua tibia.
A las personas que presentan estreñimiento, se les indica tomas laxantes y así disminuir la fuerza necesaria al evacuar las heces.

Los tratamientos para las hemorroides incluyen:
  • Las cremas corticosteroides de venta libre (cortisona) para ayudar a disminuir el dolor y la hinchazón.
  • Las cremas para hemorroides que contienen lidocaína para ayudar reducir el dolor.
  • Los ablandadores de heces ayudan a reducir el esfuerzo y el estreñimiento.

Una dieta rica en fibra puede ayudar a disminuir la incidencia de sangrado y aliviar los síntomas.

En las pequeñas hemorroides con trombos, el tratamiento puede hacerse en un consultorio médico con una pequeña incisión, con anestesia local, para retirar los coágulos. Esto es suficiente para el alivio de los síntomas.

Si el tratamiento médico no es suficiente, puede ser necesario algún tipo de cirugía, como la extirpación de las hemorroides. Estos procedimientos generalmente se utilizan para personas que presentan sangrado intenso o prolapso que no haya respondido a otra terapia.

martes, 29 de noviembre de 2016

CALCULOS BILIARES




Los cálculos biliares son acumulaciones sólidas de bilis cristalizada que es producida en el hígado, guardada en la vesícula biliar y secretada hacia el intestino a través de los conductos biliares para ayudar a digerir las grasas. Algunos cálculos biliares no producen síntomas.
Los cálculos biliares pueden ser pequeños o grandes, varía su tamaño.Sin embargo, pueden causar bloqueo dentro del conducto biliar o la vesícula biliar que puede resultar doloroso e inflamatorio.

SÍNTOMAS CÁLCULOS BILIARES

Muchas personas que padecen de cálculos biliares, también conocida por el nombre de litiasis biliar, son asintomáticos o sufren de molestias poco específicas. los cálculos biliares con frecuencia se descubren cuando se realizan radiografías de rutina, en exploraciones o cirugías de la cavidad abdominal o por otros métodos clínicos.

Por otro lado, si hablamos a cerca de la localización de los cálculos: la presencia de un cálculo en un conducto que drena la vesícula, puede presentar un dolor de tipo cólico desde la mitad hacia la parte superior derecha abdominal. En este caso hablamos de una coledocolitiasis, llegando a ocasionar molestas constantes o periódicas. 



Los síntomas más relevantes son:
  • Dolor en la parte media o superior derecha durante un periodo de al menos 30 minutos. El dolor puede ser constante o puntual de tipo cólico, agudo o sordo
  • Fiebre
  • Náuseas y vómitos
  • Pigmentación amarillenta de las mucosas, piel y uñas, lo que se conoce como ictericia
Otros síntomas de los cólicos biliares son los cambios en la defecación del paciente, donde sus heces son incoloras dado que los colorantes biliares son incapaces de pasar por la obstrucción e los conductos biliares. Al mismo tiempo son frecuentes las diarreas grasas, ya que por esa falta de bilis, no llega a eliminarse la grasa.

Los síntomas más fuertes aparecen cuando los cálculos comienzan a desplazarse. El dolor desaparece cuando el cálculo alcanza la primera porción del intestino delgado.

Es importante conocer los factores desencadenantes de la litiasis biliar, entre los que destacamos los alimentos ricos en grasas, las comidas copiosas tras un ayuno prolongado o las comidas más abundantes de lo habitual.



DIAGNÓSTICO DE LOS CÁLCULOS BILIARES

Si se sospecha de un posible diagnóstico de cálculos biliares, lo primero que haremos será observar la ubicación, duración y características del dolor en el cuadrante abdominal superior derecho. Este debe ser punzante, que roe, tipo cólico. 


Otro de los signos a observar sería si el paciente presenta o no sensibilidad abdominal, además de una elevación en los resultados de las pruebas de función hepática, que conciernen una serie de pruebas bioquímicas que permiten evaluar el estado de la función hepática y biliar. 

Aunque para detectar cálculos biliares, el método más utilizado es el examen de ultrasonido abdominal o ecografía abdominal, ya que es rápido, preciso y barato. Este consiste en el empleo de ondas sonoras para producir imágenes de la vesícula biliar, pudiendo observar así si hay o no cálculos biliares. Otra opción sería la resonancia magnética abdominal pero, aunque se obtienen imágenes mucho más definidas, es mucho más cara.



Resonancia magnética. Vesícula biliar con cálculos.

TRATAMIENTO CÁLCULOS BILIARES

En primer lugar, si no existen síntomas no será necesario el tratamiento de los cálculos biliares. Pero cuando estoS síntomas comienzan a aparecer, el primer paso es tratarlo con antibióticos intravenosos o en casos más agudos, se realizaría la extirpación de la vesícula biliar (colecistectomía).
El tratamiento medicamentoso con ácidos biliares, mediante el cual, los cálculos se pueden disolver después de algunos meses, suele presentar recidivas.
Por lo general se hace una colecistectomía laparoscópica, que se realiza con endoscopios insertados a través de pequeñas incisiones en el abdomen. De este modo se consigue evitar una intervención quirúrgica abierta.  Con la extirpación de la vesícula biliar, la enfermedad se cura prácticamente del todo. Únicamente, en pocos casos, aparecen nuevos cálculos biliares.
La litotricia por ondas de choque de la vesícula biliar, también se ha realizado en algunas ocasiones en aquellos pacientes que no pueden someterse a una cirugía. Por lo general, este tratamiento ya no se emplea, ya que en muchas ocasiones los cálculos biliares reaparecen

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ENFERMEDAD DE CROHN

La enfermedad de Crohn es una patología que causa la inflamación de diferentes localizaciones del tubo digestivo. Pertenece al grupo de enfermedades inflamatorias intestinales crónicas. Normalmente la inflamación se produce en el íleon, aunque también puede afectar a otras zonas del tubo digestivo, incluidos la boca o el ano.


lunes, 28 de noviembre de 2016

SÍNTOMAS ENFERMEDAD DE CROHN

Los síntomas de la enfermedad de Crohn dependen fundamentalmente de la parte del tracto digestivo a la que afecten. Los mismos varían pudiendo manifestarse de forma leve o grave, pudiendo aparecer para después desaparecer con periodos de reagudización.

Los principales síntomas de esta enfermedad son:
  • Dolor abdominal con cólicos
  • Fiebre
  • Fatiga
  • Anorexia
  • Diarrea acuosa, que puede incluir sangre
  • Sensación de necesitar defecar, incluso cuando los intestinos están vacíos

Entre los síntomas menos frecuentes, podemos incluir el estreñimiento, úlceras o inflamación ocular, úlceras bucales el drenaje de moco, pus o heces a través del orificio anal debido a la presencia de una fístula. El dolor articular puede ser un signo de desarrollo de la enfermedad de Crohn, el sangrado rectal y hematoquecia. Las encías sangrantes pueden ser ejemplo de uno de los síntomas menos recurrentes y conocidos. Por último, encontramos la sensibilización de los nódulos que pueden derivar en úlceras de origen cutáneo.


Para más información haz click en el siguiente enlace: Enfermedad de Crohn

DIAGNÓSTICO ENFERMEDAD DE CROHN

Para realizar el diagnóstico de esta enfermedad, el médico recogerá los datos clínicos y le realizará las exploraciones pertinentes al paciente. Luego, el paciente hará una serie de pruebas según el área de sospecha, las cuales son totalmente imprescindibles para descartar otros posibles trastornos.



Lo primero será realizar una analítica sanguínea, con el fin de detectar una posible alteración de la sangre o del metabolismo (anemia, déficit de alguna proteína, déficit de minerales...). Esta también sirve para valorar el estado en el que se encuentra la enfermedad. Así, en un período de brote activo, podríamos ver una serie de alteraciones propias de cualquier proceso inflamatorio (mayor número de leucocitos, plaquetas, proteína C reactiva...).

Para poder distinguir esta enfermedad de otros trastornos intestinales inflamatorios (como por ejemplo, la colitis ulcerosa), debemos observar la presencia de un gran número de anticuerpos anti-Sacharomyces positivos en la analítica, sobre todo si la biopsia no es del todo clara. También cabe valorar la posibilidad de la presencia del virus de tuberculosis y hepatitis B y C en el organismo afectado, por lo que también realizaremos las pruebas pertinentes.

Tránsito intestinal
Por otra parte, las pruebas radiológicas también son empleadas para observar posibles lesiones, como úlceras y zonas de obstrucción, y valorar así su intensidad. En el caso del intestino delgado, realizaremos un tránsito intestinal (obtención de imágenes radiológicas del tracto digestivo mediante el empleo de rayos X y un contraste opaco, generalmente papilla). También son empleadas otras pruebas mayores, como por ejemplo la resonancia magnética, la gammagrafía con leucocitos marcados o la ecografía.

En el caso del intestino grueso, el mejor y más cómodo método de diagnóstico es la endoscopia (exploración visual del intestino), para así poder valorar el estado de la mucosa intestinal. Además, una ventaja más de este método es que también permite realizar biopsias para analizar posteriormente. 

El avance de la ciencia médica ha permitido que desde no hace muchos años, exista una alternativa a esta prueba: la cápsula endoscópica. Esta permite que, en caso de que no se haya encontrado ningún tramo intestinal afectado, podamos recorrer el tubo digestivo obteniendo imágenes de todo su trayecto, que son enviadas a otro dispositivo y almacenadas en él. Esta prueba resulta mucho más cómoda para el paciente, pero no permite la obtención de biopsias.

Resonancia magnética
Endoscopia

TRATAMIENTO ENFERMEDAD DE CROHN

El tratamiento de la enfermedad de crohn puede abarcar varias perspectivas, entre las cuales tenemos: dieta, fármacos y cirugía.
En cuanto a la dieta debe ser equilibrada y completa, pero hay que tener en cuenta que el enfermo puede tener falta de apetito y malabsorción.
Hay ciertos alimentos que pueden empeorar la diarrea y los gases, por eso para ayudar a aliviar estos síntomas, se debe de:
  •   Comer cantidades pequeñas de alimento a lo largo del día. 
  •   Beber mucha agua.
  •  Evitar los alimentos ricos en fibra (salvado, frijoles, nueces, semillas y palomitas de maíz).
  •  Evitar los alimentos grasos o fritos y las salsas.
  •  Reducir los productos lácteos si tiene problemas para digerir las grasas de los lácteos.
  •  Evitar alimentos que conoce que le causan gases, como las legumbres.


Por lo general, el tratamiento se realiza siempre con fármacos, ya que no hay una cura para esta enfermedad, pero sí, la terapia con uno o más fármacos es un medio para tratarla en su etapa inicial y aliviar los síntomas. Los fármacos que se recetan más comúnmente son corticoesteroides, como prednisona y metilprednisolona y varios agentes antiinflamatorios.

En los casos más avanzados o complicados de la enfermedad de Crohn, puede recomendarse la cirugía para extirpar una parte dañada o enferma del intestino, grueso o delgado, aunque en casos determinados es necesario extirpar la totalidad del intestino grueso. En otras ocasiones también es necesario practicar una ileostomía.